Y añade Brantòme que el obispo de Mâcon, embajador de Francia, se atrevió a interrumpirle, so pretexto de no entender el español, y Carlos V le replicó súbitamente con estas rotundas palabras:
"Señor obispo, entiéndame si quiere, y no espere de mi otras palabras que de mi lengua española, la cual es tan noble que merece ser sabida y entendida de toda la gente cristiana"
"El Imperio de Carlos V" (p.205) por Manuel Fernández Álvarez.
jueves, 29 de octubre de 2009
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